¡Qué tal noticia la de la nueva "Ruta Ciro" para promocionar el Colca! La idea tiene un poco de todo.
Poco tino, porque sale en un mal momento, ya que obviamente hay susceptibilidades en juego. Una mala decisión, porque es un caso aún abierto. Y también un poco de cucufatería en quienes se desgarran las vestiduras aduciendo que se lucra con una desgracia ajena.
Como dijo Jack el Destripador, "vamos por partes". El Alcalde ya se ganó su buen poco de gente que lo odiará por su poco tino. El mal momento en que se hace esta propuesta es por todas las hipótesis del caso que se especulan, y por el estado de salud de la madre del joven desaparecido a quien obviamente no le caerá en gracia esto.
Hay de por sí una mala decisión del Alcalde de salir a proponer esta idea cuando aún el caso está abierto; y lo que es peor aún, utilizando el nombre Ciro en vez de buscar una estrategia más sutil, como lo hizo Colombia con sus desgracias. Nadie en Colombia dice “ven a hacer turismo porque ya no morirás como los del avión de Avianca”, ahora dicen “El riesgo, es que te quieras quedar”. Pero una vez más cabe preguntarnos, qué tipo de profesionales en gestión y marketing turístico trabajan en los municipios, en las DIRCETUR, o en los órganos de dirección y/o coordinación del mismo Viceministerio.
Sin embargo, al reverso de la moneda existe un punto importante de recalcar debido a las reacciones que ha generado en la población y los medios esto de "La Ruta Ciro". No dejamos de ser un país contradictorio. Nos espantamos por la Ruta Ciro, pero todos los que estamos metidos en el tema turístico o los que tenemos la posibilidad de viajar no nos espantamos cuando se dice “hay que ir a Cuba antes que muera Fidel”, ¿por qué?, porque así podrás ver la decadencia de los cubanos en todo su esplendor, porque así te vas a Gamarra por unos jeans de 20 soles y los cambias por sexo con mujeres que buscan darle a sus hijos una vida más digna a costa de su propia dignidad. “Si vas a Europa no te pierdas el tour por Chernobil”; “El tour tóxico en Los Ángeles es un punto imperdible, mira cómo la contaminación jode a la gente que vive cerca, ¡que horror!”; “Si vas a Vietnam no olvides ir a los túneles de Cu Chi, ahí puedes disparar un fusil por sólo seis dólares y revivir la Guerra de Vietnam y si te da tiempo pasas al Museo de la Guerra, eso si es bravazo, puedes ver los fetos deformados en frascos con formol”; “Ni se te ocurra ir a México! Pero si vas no olvides hacer algo de turismo negro y recorre los lugares donde hubo matanzas entre narcos y encontraron cabezas o cuerpos decapitados, incluso te enseñan fotos, y pregunta por la historia de El Pozolero”. Finalmente, todos morimos por el Sudeste Asiático o cualquier lugar del Asia, pero vamos y no hay un compromiso real con las personas, cosas, o lugares que visitamos. Seguro disfrutamos sus playas y nos tiramos a tomar el sol junto a aquel señor doctor, ingeniero, banquero europeo que esa misma noche en Sri Lanka tendrá sexo con un niño menor de 10 años al que sus padres lo entregan por unos cuántos dólares. Pero de 10 años a menos, porque si tiene 11 ya está siendo preparado para ser proxeneta.
Entonces, ¿Por qué espantarnos si a alguien se le ocurre promocionarse con la Ruta Ciro? Todos viajamos por el Perú, vamos a los lugares donde hay mayor pobreza, miramos, nos tomamos fotos con niños que son parte de la estadística de la creciente tasa de mortalidad que tienen algunas zonas del Perú profundo, y volvemos a nuestras vidas y nos olvidamos de eso. Lo contamos un fin de semana mientras tomamos unas cervezas y luego a seguir con la vida.
Por eso, por un lado hay que tener tino para tomar una buena decisión en el mejor momento, y por otro lado, no podemos espantarnos con ocurrencias de este tipo, porque no hay que olvidar que si el turismo o el sistema sigue produciendo todas las ofertas que menciono líneas arriba es porque se sigue produciendo una demanda que busca satisfacer ciertas necesidades muy específicas y nadie hace nada para encontrar una respuesta al por qué caemos en el amarillismo para promocionar turísticamente un destino. A mi se me ocurre que es como los pseudo periodistas de hoy, que sacan escándalos para cubrir su falta de capacidad de análisis. En el turismo parece suceder eso, tomamos lo que tenemos más a la mano para cubrir nuestra falta de profesionalismo y manejo del tema, la poca expertíz.
Y lamentablemente pasa el tiempo y siguen apareciendo más de estos casos, porque como dice mi querido Gabriel García Márquez, en este mundo la moral es sólo cuestión de tiempo. ¿Hacemos acaso algo para cambiar eso?